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Recubrimiento de diamante
El recubrimiento de diamante se realiza por el método CVD. Es un recubrimiento sinterizado con una dureza y una conductividad térmica iguales a las del diamante natural que ofrece un alto rendimiento en el maquinado de materiales no ferrosos y no metales.
El recubrimiento de diamante por CVD es un proceso relativamente nuevo. Se realiza mediante la activación de un número de gases como metano, hidrocarburo y alcohol. Precipita sobre la superficie de la herramienta en la forma de recubrimiento. En la imagen se observa que los gases mencionados suelen mezclarse con hidrógeno y son introducidos en el aparato. El gas es activado por microondas, filamento térmico* u otro método y después separado en electrones e iones por una electrodescarga de plasma.
Recubrimiento de DLC
El recubrimiento de carbono como diamante (DLC, por sus siglas en inglés) es una película de carbono duro amorfo que posee propiedades similares a las del grafito y el diamante, que están constituidos en ambos casos de los mismos átomos de carbono.
Por lo general, el recubrimiento tiene un bajo coeficiente de fricción con metales no ferrosos y se usa para el maquinado de no metales y materiales no ferrosos como aleaciones de aluminio.
Recubrimiento rico en aluminio
El material de recubrimiento habitual de las brocas y end mills de carburo soldado es el (Al, Ti)N. Este material se obtiene reemplazando el Ti de los cristales de TiN por Al de menor radio atómico. Al hacerlo se provocan tensiones en la estructura del cristal que fortalecen la dureza y la resistencia a la temperatura de oxidación. Como puede verse en la figura de la derecha, la dureza se incrementa hasta aproximadamente el 60 mol% de AlN, mientras que más allá del 70 mol% de AlN, aparece una estructura de cristales alterados y la dureza disminuye. Los recubrimientos que contienen Al como este se llaman "recubrimientos ricos en aluminio".
Para aprovechar de forma efectiva las propiedades de los recubrimientos ricos en aluminio y mejorar el rendimiento del corte, es necesario garantizar una limpieza meticulosa de las herramientas antes del recubrimiento y asegurar que el proceso de recubrimiento en sí se cumpla de forma rígida y controlada a fin de preservar la calidad.
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