El acero puede ser sometido a tratamiento térmico para fortalecer su dureza y ductilidad.
Endurecimiento por temple: El acero se vuelve muy duro cuando es calentado y enfriado rápidamente. Este proceso se llama “Temple”. El uso del acero se ha extendido gracias a este simple factor, conocido como “propiedad de enfriamiento rápido”. Es una de las principales razones por las que el uso del acero es tan común, ya que no hay necesidad de fundirlo y alearlo con otros elementos para conseguir una elevada dureza. Los aceros templados son duros, pero también son débiles. Además, cuando la pieza de trabajo se calienta y se enfría rápidamente, pueden aparecer problemas con las dimensiones de la pieza y grietas
Revenido: Como se expuso anteriormente, los aceros endurecidos por temple se vuelven duros pero también débiles, por lo que el acero no puede usarse en dicho estado. Para poder usar el acero de forma efectiva, es necesario llevar a cabo un proceso de “Revenido”. El proceso de revenido recalienta el acero y le aporta tenacidad.
Cuanto mayor sea la temperatura de Revenido, mayor será la tenacidad. En cambio, no habrá deterioro en la dureza del acero. En consecuencia, es necesario dar un tratamiento apropiado para cada uso particular.
Normalizado: Es un término usado para describir el tratamiento realizado a los aceros sometidos a templado y revenido. Es llevado a cabo a temperaturas relativamente altas, cercanas o superiores a los 400°C. El acero que ha sido tratado de este modo suele recibir el nombre de “acero termo tratado”. Tanto la dureza como la tenacidad se mantienen.