HISTORY OF MITSUBISHI vol.3

Productos de zinc a la altura de las expectativas de la región

Fundición y refinería de Akita

Productos de zinc a la altura de las expectativas de la región

La Fundición y refinería de Akita se construyó en 1953 en la ciudad de Akita (Japón) de la mano de Mitsubishi Metal Mining Co. Ltd., predecesora de Mitsubishi Materials Corporation. Su objetivo era satisfacer la creciente demanda de zinc surgida para la reconstrucción del país tras la Segunda Guerra Mundial. La excepcional calidad de su producción de zinc electrolítico hizo que la empresa creciese como la espuma. Sin embargo, el aumento del coste de la electricidad y el estancamiento del precio de los metales en la década de los ochenta y noventa obligaron a la empresa a suspender la producción de zinc electrolítico en 1996. En la actualidad, las empresas del Grupo Mitsubishi Materials emplean estas vastas instalaciones para llevar a cabo una gran variedad de actividades empresariales. Japan New Metals Co. Ltd. recicla wolframio, una materia prima que se utiliza para la fabricación de herramientas de metal duro, lo que confiere a esta planta un papel clave para Mitsubishi Materials.

Una nueva fundición y refinería que trajo esperanza durante la reconstrucción de la posguerra

El uso de aleaciones de zinc y cobre para crear latón se remonta a la era antes de Cristo. 
Sin embargo, aunque la fundición se desarrolló en el siglo XV, esta técnica no se generalizó en Japón hasta el siglo XX. La demanda comenzó a crecer a medida que los fabricantes japoneses empezaron a producir materiales anticorrosivos galvanizados y aceros con recubrimiento de zinc. Mitsubishi Mining Co. Ltd. inició su actividad de fundición de zinc en la Fundición y refinería de Naoshima y en la Planta minera de Hosokura, allá por el año 1934. A pesar de que la fundición de Naoshima cesó su producción al término de la guerra, la planta de Hosokura continuó produciendo alrededor de 600 toneladas mensuales. Además de la reconstrucción de la posguerra, la Guerra de Corea (1950-1953) incrementó todavía más la demanda de zinc, lo que favoreció el inicio de la producción en las plantas de Ikuno y Akenobe. 


Fue entonces cuando la Oficina de Construcciones de la Planta de Yokkaichi se puso en marcha para liderar la creación de una nueva refinería de zinc.
Sin embargo, la imposibilidad de comprar terrenos en Yokkaichi obligó a la empresa a fijar su vista en Akita. Allí, aproximadamente el 35 % de la electricidad necesaria para el refinado de zinc podía conseguirse a bajo coste de la central eléctrica de Komatagawa, en la Mina de Osarizawa, mientras que el ácido sulfúrico generado como producto secundario del refinado de zinc podía ser aprovechado por Tohoku Hiryo Co. Ltd., predecesora de Mitsubishi Materials Electronic Chemicals Co. Ltd. Estas ventajas también hacían de Akita un buen lugar para una nueva refinería.
Aprovechando el aumento de la demanda propiciado por este periodo de rápido crecimiento económico en Japón, y con el respaldo de Michiyuki Hani, presidente de Mitsubishi Metal Mining Co. Ltd., la Fundición y refinería de Akita inició su producción en el año 1953 equipada con los hornos fluidizados más modernos procedentes de los EE. UU. 
Ken Nagano, ingeniero del Instituto de Investigación Minera de Japón y antiguo presidente de Mitsubishi Materials, fue el encargado de poner a prueba estos hornos fluidizados. Diez años después, la aplicación de esta técnica a la producción de cemento en la planta de Higashiya dio lugar a la primera operación exitosa con un precalentador en suspensión en Japón. El inicio de las 
operaciones únicamente fue posible gracias al esfuerzo de las personas que se desplazaron a Akita desde Naoshima, Hosokura y Osarizawa. Todos esperaban que esta nueva refinería sirviese como símbolo de la reconstrucción de la posguerra. Con una producción inicial de 560 toneladas de zinc, el volumen de la planta pronto comenzó a aumentar. 
En marzo de 1973, la producción de zinc electrolítico alcanzó las 8.000 toneladas mensuales, lo que sirvió de aliciente para que la empresa cumpliese con su objetivo de producir 10.000 toneladas mensuales y convertirse en la principal refinería de zinc del mundo. 

Una nueva fundición y refinería que trajo esperanza durante la reconstrucción de la posguerra

El ocaso de Akita

La crisis del petróleo de diciembre de 1973 provocó que la economía japonesa se contrajese hasta niveles mínimos. Además, el aumento de los costes eléctricos y el estancamiento de los precios de los metales sumieron a la empresa en una profunda crisis económica. A pesar de los esfuerzos de los empleados por ahorrar energía y optimizar los sistemas, así como de la colaboración entre la plantilla y la dirección para mejorar la infraestructura empresarial, la prolongada crisis económica y la valorización repentina del yen japonés en el año 1990 obligaron a la empresa a suspender la producción de zinc en 1996. Tras el cese de las operaciones, la planta se demolió y se apostó por las actividades medioambientales. En respuesta a una solicitud de la ciudad de Akita, el emplazamiento comenzó a ser utilizado por empresas del Grupo Mitsubishi Materials [Mitsubishi Materials Electronic Chemicals Co. Ltd., Materials Eco-Refining Co. Ltd., Japan New Metals Co. Ltd., Diaplaza Co. Ltd., SUMCO Corporation y Japan Super Quartz (JSQ)].

El ocaso de Akita

Ampliación futura como planta de reciclaje de materias primas para la fabricación de metal duro

Una de las nuevas instalaciones que se construyeron en este emplazamiento fue la Planta de Akita de Japan New Metals, especializada en la fabricación de polvo de carburo de wolframio, una materia prima que se emplea en la fabricación de las herramientas de corte de Mitsubishi Materials. La Planta de Akita se ocupa del ciclo completo de producción de polvo de carburo de wolframio. Con el objetivo de garantizar un suministro estable de productos de alta calidad con independencia de los cambios en la disponibilidad de las materias primas, los materiales de desecho que contienen wolframio —como, por ejemplo, las herramientas de metal duro— se recogen para su reciclaje. Alrededor del 99 % del wolframio que contienen estos residuos se consigue reciclar correctamente, una contribución que supone un avance significativo hacia la consecución de los objetivos, principalmente, en términos de materialización de una sociedad basada en el reciclaje. Por otra parte, los conocimientos técnicos acumulados a lo largo de muchos años también permiten el tratamiento del agua procedente de la planta ubicada en el edificio que todavía se conserva de la Fundición y refinería de Akita. Las instalaciones de reciclaje se ampliarán con la esperanza de contribuir todavía más a la revitalización de la región.

Ampliación futura como planta de reciclaje de materias primas para la fabricación de metal duro